“Si de verdad quieren este deporte, que se sienten y lo arreglen de una vez”

Sinceramente; da igual quién pronuncie esta frase a estas alturas del partido. Maravilloso diagnóstico sobre la situación actual de la cesta punta – y por extensión de la herramienta- Es el equivalente a pasarse cuatro años mirando un vaso de agua para meter el dedo en el último momento y llegar a la conclusión de que está mojada.

Desde estas páginas llevamos años diciendo que esto no funciona; se tendieron puentes, se hicieron festivales sabiendo que eran deficitarios, se intentó hablar con esos supuestos ”agentes” a los ahora invocan algunos mientras que la mayoría de los actores de este circo, que ahora se muestran indignados, miraban para otro lado y hacían sus cábalas a ver cuánto podían ganar. Sólo por recordar lo que se dijo aquí hace menos de un año:

Inevitablemente me viene a la cabeza la situación actual de la pelota, que en líneas generales ha terminado en manos de maltratadores que día a día la explotan en beneficio propio. Igual que muchas mujeres ha interpuesto infinidad de denuncias desoídas por todos han terminado asesinadas por sus parejas, la pelota ha pedido socorro muchas veces y nadie, absolutamente nadie movió un dedo para auxiliarla. Ahora tenemos lo que tenemos, que entre todos la mataron y ella solita se murió. Salvo excepciones la pelota está en manos de auténticos proxenetas que exhiben medio desnuda para arrancar unas monedas al descuido sin preocuparse del mañana. En el peor de los casos, al igual que los maltratadores de los que hablábamos antes, preferirán verla muerta antes que feliz. Y por proximidad hago especial hincapié en la cesta punta. Quizá por haber sido la abeja reina de la especialidad no tardó en verse rodeada de zánganos y simpáticos inoperantes que por el mero hecho de hacer vestido un pantalón blanco creían saberlo todo de la modalidad. Esto no funciona así y a las pruebas me remito. En los últimos tiempos he visto comenzar a asomar comentarios en contra de la gestión actual ( en realidad de la falta de gestión actual). Las mismas voces que protagonizaron dolorosos silencios, que tuvieron las tripas de alabar al advenedizo, ahora se dan cuenta de que los nuevos no atan el perro con salchichas. Hace tiempo que han saltado todas las alarmas y lo más preocupante es que el sospechoso tiene todo el perfil del maltratador que preferirá matarla antes que darle la libertad. Es imposible que exista afición a un deporte que no se practica; la afición es el huérfano de esta historia. Parece que alguien había pensado que si se ocultaba bajo un árbol en la tormenta siempre podría cambiar de árbol cuando el agua empezara a calar. Tremendo error. Los árboles pierden su impermeabilidad todos a la vez igual que los ayuntamientos se arruinan por igual y no se puede exprimir más a nadie. La militancia está cansada y la oferta es mucha. Como los vecinos de la víctima cuando salen en televisión dicen eso de “si yo ya lo veía venir”, cuando la pelota sea asesinada por manos de sus chulos, muchos dirán “eso ya lo sabía yo”

Así de claro y así de duro.

Ahora me sorprende ver cómo algunos se rasgan las vestiduras y piden… ¿Qué? Aquí no se reparte riqueza; Aquí hay que venir a recoger cada uno la parte de miseria que le toca y si de verdad queréis justicia, que no os tiemble el pulso para señalar con el dedo a los culpables. Si vais a proponer café para todos y una ley de “punto final” os anuncia que vais a fracasar de nuevo. No hay revolución sin sangre: queréis ver la repetición de la jugada a ver si esta vez el árbitro pita el penalti. Para que esto funcione deben desaparecer todos aquellos que han demostrado que su gestión es ineficiente, nepótica y más propia de reyezuelos, caciques, chorizos y contrabandistas que de amantes de cualquier deporte. Políticos de medio pelo, aspirantes a políticos de medio pelo, periodistas indiferentes, empresarios de mano petitoria, inversores del dinero de otros, pelotaris mercenarios, leguleyos de salón, blogeros encantados de conocerse… Completo “freack show” de elementos que ya tuvieron su momento y lo dejaron pasar en aras del propio beneficio. ¿Que el Consejo sólo favorece a una empresa? ¡Preguntaos a cuál! ¿Que las empresas no se ponen de acuerdo? Mirad qué empresa ha estado en todos los fregados y determinad cuál es el máximo común divisor.

Pero no va a pasar nada… porque una vez más se pedirá que el problema lo solucione “otro”, algún ente ectoplásmico y abstracto que no se sabe por donde anda. El torpedo entró por debajo de la línea de flotación y no se puede achicar un océano con las manos desnudas.

Justicia, equidad, venganza… Son términos que se solapan cuando las cosas van mal y se pide un arreglo. Por eso es mejor abrir las ventanas y que entre el aire puro y la luz del sol para despachar miasmas y alimañas que se colaron en los dormitorios. Y una cosa más: Cuando se habla de la internacionalidad de la cesta punta y se mencionan los países donde ha triunfado, no estaría de más que reflexionéis unos cuantos de las risitas de suficiencia cuando alguien dijo que iba a abrir un frontón en Filipinas. Algunos tienen el “morro” de apuntarse el mérito cuando en tres años que lleva el frontón funcionando con regularidad no han escrito una línea sobre él. Ninguno de esos risueños bromistas he tenido lo que hay que tener para decir, “¡Coño, era verdad!” y retractarse de las muchas tonterías que ha habido que escuchar. Filipinas es obra de un sólo hombre al que habéis insultado, vilipendiado y despreciado; Un tipo que se jugó, el dinero, su patrimonio y hasta su credibilidad para abrir un frontón exclusivamente de cesta punta. Habéis despreciado al único que ha hecho algo en positivo y os habéis quedado con los que han enviado la cesta al cubo de la basura. Así pues, antes de subirse al único éxito del jaialai en estos años no estaría de más acordarse de quién ha sido el factótum del asunto.

Algunos se animan enseguida a llamar a otros a la reflexión, a dar “toques de atención” y a vender consejos que para ellos no valen. Por ese camino no se va a ningún sitio